Los ingredientes para organizar una fiesta de cumpleaños sorpresa no son más que: mucha planificación, bastante discreción, un poco de complicidad y el toque justo de ingenio.
Una buena manera de obsequiar a tus seres queridos, agradeciéndoles todo su apoyo y afecto, es dejándolos sin habla al organizar una fiesta de cumpleaños sorpresa para celebrar su día por todo lo alto intentando poder contar con la presencia de las personas más importantes para el homenajeado. Para conseguirlo es necesario una buena planificación pero, sobre todo, la ayuda de las personas invitadas.
Planificación e ingenio
Antes de organizar una fiesta de cumpleaños sorpresa, sería conveniente pensar si el día del cumpleaños del sorprendido cae entre semana o, de lo contrario, es en festivo. Es un dato muy importante para cuadrar la hora a la que podrán llegar los invitados, saber cuánto tiempo aproximado podrá durar el evento y organizar, así, un tipo de fiesta adecuada.
En este sentido, es importante elegir qué modelo de fiesta es el más adecuado para la persona que está de cumpleaños. Una cena elegante, una fiesta temática o un divertido baile de disfraces son ejemplos de posibles ideas; sin embargo la clave está en echarle imaginación, según el presupuesto que tengas y el sitio donde quieras celebrar el evento.
Una vez hayas decido el tipo de fiesta que quieres hacer, el lugar y la hora del evento, es el momento de convocar a los invitados, remarcándoles que es una fiesta sorpresa y que no deben comentar nada con el sorprendido.
También sería conveniente que realizaras una lista con toda la ambientación que quieras darle a la fiesta, sin dejar ningún cabo suelto: decoración, música, comida, bebida, regalos, tarta y velas son detalles que no pueden faltar. Recuerda que toda la ambientación tendría que ir acorde con el tipo de fiesta que hayas decido hacer.
Discreción y complicidad
Organizar una fiesta de cumpleaños sorpresa sin que nadie te ayude es muy difícil, por lo que, como mínimo, tendrías que tener un cómplice que colabore en los momentos clave en los que haya que despistar al homenajeado, sobre todo el día de la fiesta. Será el encargado de llevarlo al lugar del evento con una excusa lo más creíble posible.
Otro punto clave es rogar mucha discreción a los invitados, pidiéndoles que traten al sorprendido de una manera normal, sin que éste llegue a sospechar nada y la sorpresa salga totalmente redonda.
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